lunes, 25 de abril de 2016

A disgusto con todo......

Tengo rachas que me paso días enfadada , quizas demasiado tiempo  , aunque sean sólo explosiones cortas . Con mis  hijos, con los amigos, con la pareja, con el trabajo, con la vida. Es como una batería que se va cargando, que va colocandome a los demas en posiciones más enfrentadas y hace de mis esfuerzos más ineficaces.

Que supone el enfado? una negación, una negación  de la realidad, que no nos gusta y nos hiere. Nos duele como un golpe y reaccionamos con rabia y con agresividad ,si podemos, hacia fuera, y si no podemos exteriorizarla, hacia dentro. En cualquier caso, siempre que nos enfadamos algo se altera dentro y reaccionamos atacando en una actitud de defensa. El problema es que esa supuesta defensa, contra quien primero arremete es contra nosotros mismos, ya que nuestro estado físico y mental se ven tocado y hundido.
  
La frecuencia de nuestros enfados da una pista  de nuestra capacidad de tolerancia y aceptación; el objetivo de nuestros enfados identifica nuestros puntos flacos emocionales y cuáles son las personas y situaciones en las que deseamos ejercer un mayor control.
Por ejemplo, hay personas que tienen una relativa paciencia en los conflictos laborales y difícilmente pierden las formas con sus amistades y, sin embargo, cuando están con sus hijos, o con la pareja, las explosiones son frecuentes y el elevar la voz fácil. Esto no significa que sus hijos o su pareja le traten peor que el resto del mundo......Quizás sea mas por el nivel de confianza.... 

Si  los objetos de nuestro enfado son pocos y claramente identificados, nos estarán señalando los puntos flacos de nuestra inteligencia emocional. Lo que más nos duele. Lo que no controlamos y queremos desesperadamente dominar.

Otra pista que nos presenta la frecuencia e intensidad de nuestros enfados tiene relación con  nuestro ego. Cuanto más grande es nuestro ego, más fácil es que cualquier acontecimiento lo perturbe. Las palabras, gestos o actitudes de nuestro entorno pueden entrar en pelea con un ego demasiado hinchado al que todo le toca.
"No tomarnos nada personalmente". Cada persona vive su vida como una película en la que ella es la protagonista y el resto son  figurantes. Cada cual intenta resolver sus miedos, sus carencias  y sus miserias lo mejor que puede, y sus reacciones ante el mundo y ante la vida tienen más que ver con eso (con sus miedos, frustraciones y, finalmente, con su propia búsqueda) que con nosotros, que simplemente pasábamos o estamos por ahí.
No somos tan importantes, o tan presentes en la vida de todo el mundo como para que cualquier cosa que digan, miren, piensen o sientan tenga que ver precisamente con nosotros.Cada persona está en su propia búsqueda, afrontando unos problemas y unas limitaciones concretas en cada momento dado, y resolviéndolo lo mejor que puede.

El crecimiento de cada uno es como un parto difícil, un montón de contracciones dolorosas, que cada cual vive a su manera. Y en cada una de ellas, a veces perdemos las formas.
  
Cuando sentimos las consecuencias del enfado ( el  peso del mal rollo, la culpa y la ausencia de amor), a menudo me pregunto, ¿por qué es tan difícil controlarlo? ¿Por qué se me va de las manos por mucho que me proteja y me empeñe en que "esta vez no me desbordará", que "esta vez tendré paciencia y mantendré la calma"? mi paz interior es muy débil,soy consciente en ese momento de ello, por lo que me supone un gran esfuerzo alcanzarla, aun momentáneamente, y mucho más mantenerla. Por el contrario,  las causas de sufrimiento  son muchas, muy diversas y muy fuertes.
El objetivo primero y prioritario de felicidad/paz interior se pierde en el camino.



 
Cuando reprimimos los sentimientos, las emociones o los pensamientos, no dejamos de sentirlos. Tu pareja te dice algo que te molesta y callas para evitar el conflicto. Reprimes un impulso que podría conducir a una situación de conflicto que no deseas, pero no lo controlas, porque el sentimiento está ahí (nos molesta), y probablemente siga estando con más fuerza, calentándose como una olla a vapor conforme surgen reiteradamente situaciones similares que nos dolerán cada vez más y más, hasta que llega el momento del estallido. Momento que siempre llega, ya sea hacia fuera (con toda la larga lista de resentimientos archivados) o hacia dentro (con dolores de cabeza, ).
 
El control, no implica represión ni dolor . Podemos callar o podemos responder ante el supuesto "ataque" de nuestra pareja, pero no hay molestia ni dolor si simplemente comprendemos y aceptamos desde el sentimiento de la buena fe, no pensando siempre mal, teniendo una visión mas amplia, no sintiéndonos por lo mas mínimo ofendidos y atacados . Si no sentimos la herida, probablemente lo que digamos, con amor, no será hiriente.
 
El arte de "pensar mejor para vivir mejor" consiste en el arte de controlar nuestro pensamiento (y por consiguiente nuestras emociones) sin olvidar en ningún momento nuestro objetivo prioritario (ser felices, nuestra paz interior).

Entre dos personas que se quieren, de la manera que sea, no existen temas tabú como para que el tratarlo suponga un enfado tan grande como para que se convierta en eso, en tabu, lo que existe es un descontrol de las emociones, el  problema esta en uno mismo.......

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